lunes, septiembre 29, 2014

Lo rural es mucho más que “todo lo que no es urbano”

Una de las características del siglo XX es que fue en ese momento cuando la población urbana superó en número a la población rural.  La humanidad en su mayoría comenzó a pasar su vida en las ciudades.
Hoy, la población urbana supera largamente a la población rural. De hecho, en Chile la población urbana es aproximadamente  un 87%, frente a un 13% de población rural (según datos del Censo 2002)
Por diversos motivos se ha posicionado a “lo urbano” como el lugar de las oportunidades para las personas, como el lugar en donde es posible optar a mejores condiciones de vida, etc. Al contrario, se ha tendido a asociar a “lo rural” con pobreza, pocas oportunidades, desarrollo lento y condiciones de vida insuficientes.
Lo primero que es importante constatar es que por sí solas, las condiciones urbana o rural no implican mayor o menor desarrollo. O sea, vivir en un lugar urbano no asegura mayor desarrollo, como tampoco lo asegura vivir en el sector rural.
Entendiendo este punto, también es fundamental constatar que la realidad nos tiende a mostrar que el mundo rural se enfrenta a situaciones de desventaja frente a lo urbano. Lo anterior producto principalmente por la despreocupación de las autoridades políticas por esos territorios. Es esa despreocupación la que muchas veces termina por invisibilizar el mundo rural, especialmente ese mundo rural que limita con grandes centros urbanos.
Sólo por dar un ejemplo. Es tan grande el desinterés por lo rural, que al momento de definir territorios locales a nivel local, éstos se definen como “todo lo que no es urbano”. De esta manera se desatienden las complejidades y se desconocen las dinámicas diversas que se dan en el mundo rural.
Todo lo expuesto nos llama a hacer esfuerzos para retomar los territorios rurales, defenderlos y de esta manera no continuar invisibilizándolos. Nos llama a volver la mirada al sector rural y crear allí instrumentos de planificación para su desarrollo.
En términos concretos, es fundamental que las comunas rurales como también las comunas que comparten sectores urbanos y rurales, elaboren planes de desarrollo específicamente rurales con una mirada local, en donde se busque el desarrollo sustentable de aquellos territorios. Y estos planes de desarrollo rural deben elaborarse de la forma más participativa posible, teniendo como principio fundamental que sean los actores sociales locales los que definan en conjunto el camino a seguir y los métodos de control del desarrollo.
La sociedad actual defiende a ultranza lo urbano como símbolo de desarrollo y esto debe comenzar a cambiar. Pero este cambio requiere de un fuerte ejercicio que apunte a generar niveles de equidad entre el mundo rural y el mundo urbano.
Llegó el momento de proteger la ruralidad.

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