lunes, marzo 19, 2012

¡Yo no quiero ser Candidato!


Como cualquier día domingo, partí en dirección a una feria libre cerca de mi casa para realizar las compras correspondientes en frutas y verduras para la semana.

Pero el domingo pasado, que parecía un día normal, fue distinto. Encontré entre la muchedumbre a un grupo de personas que caminaba entre la gente entregando propaganda respecto a un candidato para las próximas elecciones. Este candidato caminaba junto al grupo, saludando, dando abrazos, sacándose fotos. Él mantenía una sonrisa permanente, casi eterna.

Reconozco que para mí es un sueño el poder alguna vez participar en una elección, ganarla, y asumir así un cargo de representación popular. Sin embargo, mientras compraba papas, tomates, elegía duraznos y le pagaba a la casera, comencé a pensar y a darme cuenta del sinnúmero de cosas que conlleva esto de “ser candidato”.

En primer lugar tengo que ser capaz de asegurar un cupo en mi partido político, haciéndome parte del festival de codazos para lograr posicionarme como una buena opción para el partido. ¿Primarias? Las primarias se dan sólo en lugares donde no hay claridad sobre cual “lote” del partido tiene el poder. Pero si hay un “lote” que domina ese territorio, olvidémonos de primarias. Confórmese con un “yo creo que es mejor que te bajes y así no debilitamos a nuestra carta segura”.

Ahora si soy independiente sólo depende de mi esfuerzo en conseguir adheresores a mi candidatura, y bueno, también del dinero para poder darle carácter legal a estas adhesiones.

Pero el dinero no es problema sólo de las candidaturas independientes. Los partidos políticos entregan algo de apoyo monetario a sus candidatos. Pero hablemos clarito: el que no tiene dinero para afrontar una campaña, mejor que vaya pensando en endeudarse o bien dejarle su cupo a alguien que si lo tenga. Mientras reflexionaba, el candidato que recorre la feria me da la mano mientras sonríe. Yo lo saludo, no sin dejar de pensar en lo endeudado que puede estar este caballero.

Seamos francos, el dinero en las campañas políticas se usa casi exclusivamente para difundir la candidatura, para posicionar el nombre, la foto y un eslogan “pegajoso” en el territorio que se está compitiendo. El marketing político sabe mucho de esto y logra muy buenos resultados, aunque para quien escribe esta columna, ese mismo marketing político ha sido responsable de la desaparición de candidaturas en base a ideas, fomentando la imagen, la forma por sobre el fondo. Ahora bien, destinar dineros para la conformación de think tanks que generen ideas y propuestas para la campaña, simplemente no es prioritario.

Finalmente los candidatos se han transformado en “productos” que se venden a la ciudadanía. Una ciudadanía que dista mucho de ser exigente a la hora de elegir ese tipo de “productos”.

Mientras miraba las alcachofas, pensé: ¿Y si soy capaz de posicionarme entre los codazos y además consigo el dinero necesario para hacer una campaña generosa que me convierta en un producto atractivo? ¿La tarea esta hecha? Ciertamente las probabilidades de ganar aumentan.

Pero las campañas políticas no son fáciles. No es sorpresa que comience a circular información sobre tu vida personal, familiar o laboral. No es un tema fácil de abordar que descubran que tienes un hijo fuera del matrimonio, que en tu juventud te tomaste una foto con algunas copas de más, o que hay unas deudas que aún no has logrado aclarar. Frente a esa situación, sorprendentemente te dirán dos frases: “así es la política” o bien “la política es sin llorar”. Dos frases que lo único que hacen es legitimar y hacer perennes prácticas totalmente deleznables.

Casi sin mirar y preocupado de mis reflexiones, tomé una manzana en el puesto de doña Claudia. Seguía pensando en cómo una decisión de ser candidato te transforma más que en un político, en un gladiador. En un gladiador preocupado de ganar su pelea mas bien porque la inversión monetaria realizada es alta, preocupado porque la presión del Partido Político es constante para que ganes y demuestres que tú debías ser gladiador, preocupado porque los contendores se esmeran en buscar en los mas profundo de tu historia personal o familiar algún evento que afecte tu candidatura.

Candidaturas pensadas en la imagen por sobre las ideas, centradas en destruir a los contendores en vez de posicionarte como mejor alternativa, concebidas desde una perspectiva de costo o beneficio monetario y con mínimas definiciones políticas.

¡Yo no quiero ser candidato! Dije en voz alta.

¡Caserito! me dijo doña Claudia, ¡esa fruta está podrida! Y claro, ella se refería a la manzana que yo tenía en mis manos.

Publicado en Elquintopoder.cl http://www.elquintopoder.cl/fdd/web/politica/opinion/-/blogs/yo-no-quiero-ser-candidato

miércoles, marzo 14, 2012

Perspectiva chilena de la política venezolana


***Entrevista aparecida el día martes 13 de marzo de 2012 en el diario venezolano "Nueva Prensa de Guayana"

Link directo: http://www.nuevaprensa.com.ve/site/articulo/25095/Perspectivachilenadelapolticavenezolana/

El politólogo Álvaro Jorquera Mora ofrece sus impresiones

Perspectiva chilena de la política venezolana




Omar Hernández (Internacionalista)


Ciudad Guayana.- Las realidades sociopolíticas de los países del entorno latinoamericano son similares en distintos aspectos y son múltiples los rasgos que les son comunes. Sin embargo, los análisis a simple vista son mucho más complejos. Por otro lado, la tensa situación en nuestro país ha tenido repercusión mediática en varios rincones del orbe y hoy se conoce más a Venezuela que antaño.

Analizar lo que ocurre aquí desde una perspectiva foránea ayuda a poner las cosas en perspectiva. Más, tomando referentes históricos de países vecinos. Por ello, consultamos a un especialista en la materia, Álvaro Jorquera Mora, quien desde el sur del continente amablemente respondió nuestras interrogantes.

Nuestro país acapara la atención de la prensa internacional, ¿Cómo nos ven desde Chile?

-Aquí hay expectación por lo que pueda ocurrir en Venezuela este año con el proceso electoral. La Mesa de la Unidad Democrática tiene la posibilidad cierta de derrotar a Chávez, y eso en Chile a algunos nos genera un sabor de boca conocido. Pero cuidado, La Concertación gobernó Chile durante 20 años, período con innegables avances para el país, pero también con una serie de temas donde no se quiso ni se pudo avanzar. Los años terminaron por convertir a La Concertación en una coalición insípida, que sólo se preocupó de mantener el poder y se olvidó de las profundas desigualdades que existen en Chile.

Para los que no están familiarizados con la historia chilena, ¿Nos puede explicar qué fue La Concertación?

-En Chile, el año 1988 una coalición de partidos políticos de centro-izquierda (denominada “La Concertación”) derrotó mediante un plebiscito a Pinochet, quien mantenía un régimen autoritario, sin contrapesos y con violaciones sistemáticas de los derechos humanos, desde 1973. La Concertación nació como una gran coalición, que se organizó con la convicción de derrotar a Pinochet y comenzar posteriormente un proceso de transición democrática.

Es obvio que el contexto chileno es diferente al nuestro, considerando que Venezuela posee un sistema democrático -aunque frágil-, lo cual no ocurría en Chile al nacer La Concertación. A pesar de ello, ¿Algo puede aprender la Mesa de la Unidad Democrática de la experiencia de La Concertación?
-La actual oposición venezolana debe entender que su principal arma es la unidad y su principal objetivo no es derrotar a Chávez y luego mantenerse en el poder, sino demostrar que es una alternativa viable y que será capaz de ir evolucionando a la misma velocidad que evoluciona la ciudadanía. En Chile, La Concertación no avanzó a la velocidad que los ciudadanos esperaban y fue castigada el año 2009. Perdieron el gobierno.

En Venezuela se ha hablado con frecuencia del desgaste de los partidos políticos, ¿Cómo es Chile en este sentido?

-En los últimos años Chile ha visto aparecer a una ciudadanía que desconfía de los partidos políticos y de las instituciones en general. Se pone en tela de juicio la representatividad de los partidos, dando paso a la aparición de organizaciones sociales que canalizan las demandas ciudadanas, representándolas de mejor manera. Hay que fortalecer los partidos para que canalicen eficazmente las demandas ciudadanas, evitando los personalismos.

¿No es el populismo un peligro en escenarios como los que describimos?

La aparición de líderes populistas es un peligro constante en toda sociedad política, y situaciones de crisis como las que se desarrollan en Chile son caldos de cultivo para su aparición.

¿Quién es Álvaro Jorquera Mora?

Nuestro entrevistado es politólogo egresado de la Universidad Tecnológica Metropolitana de Chile. Posee además una Maestría en Cooperación al Desarrollo, con Especialidad en Planificación Integral del Desarrollo Local, que obtuvo en la Universidad española Jaume I. Ha sido investigador destacado en temas vinculados con desarrollo comunal, fortalecimiento de la sociedad civil y participación ciudadana. Se desempeña como director de Desarrollo del Centro de Pensamiento Estratégico (CEPEST), asesor de planificación de la alcaldía de San Bernardo y catedrático universitario de Administración Organizacional.

jueves, marzo 08, 2012

Posteo Día de la mujer.....

Las mujeres tienen en Chile, un sueldo 20% menor que un hombre, en promedio, por el mismo trabajo, los planes de saludson mas caros( especialmente en edad f{ertil), no se les abren las puertas para participar en política ni en puestos directivos en el mundo privado, y por último se les utiliza como objeto sexual en medios de comunicación y en publicidad.

Ese es para mí el sentido del día de la mujer.. Mas que chocolates y flores hoy..

Hagamos un esfuerzo por la Igualdad de Género.

Saludos chicas!

sábado, marzo 03, 2012

¿Participación Ciudadana para unos pocos?


La participación ciudadana, ha sido un tema de debate durante los últimos años por parte de los Partidos Políticos, Gobierno, ONGs, opinión pública, entre otros.

No es una sorpresa que la ciudadanía adquiera lentamente espacios para participar en la toma de decisiones públicas. De a poco las autoridades comprenden que decisiones participativas generan una mayor legitimidad de los actos y una corresponsabilidad en los procesos y resultados.

La participación ciudadana ya no tiene vuelta atrás, y esto se justifica si entendemos que la Democracia (como sistema político) a medida que va madurando, requiere de una Sociedad Civil activa en su participación dentro del sistema político, dándole de esta forma. En palabras de Cohen y Arato (1992) La Sociedad Civil se considera como fuente de legitimidad del orden Social y Político, entonces la participación en la comunidad política se impone como una necesidad de toda sociedad para ser considerada democrática.

El diagnostico es claro, y de no mediar pequeños matices, es además compartido por todo el espectro político que recorre el eje izquierda-derecha.

Sin embargo hay un fenómeno que ocurre más habitualmente de lo imaginable. Este fenómeno puede denominarse como la “Elitización de la Participación Ciudadana”.

Generalmente quienes intentamos especializarnos en la temática de la Participación Ciudadana no profundizamos mas allá de la generación de los espacios para la participación ciudadana. Olvidamos lo fundamental que resulta que esos espacios de participación que tanto exigimos sean efectivamente utilizados, que exista entonces un empoderamiento ciudadano de los espacios de participación.

Ese empoderamiento, en rigor sí existe, porque la ciudadanía utiliza los espacios. El problema es qué tipo de ciudadanía es la que efectivamente utiliza los espacios de participación ciudadana que se han logrado generar.

Nos encontramos en muchas ocasiones, que las organizaciones ciudadanas, o bien ciudadanos a pie que se empoderan de los espacios de participación son los que han tenido un comportamiento de participación histórico, reconocidos por las autoridades y con un mayor acceso a la información que emana desde las instituciones. Finalmente ocurre que una “elite ciudadana” termina por utilizar los espacios de participación, cerrando la posibilidad -de manera involuntaria o quizás de manera voluntaria- de participar a la mayoría de los ciudadanos.

Frente a lo anteriormente expuesto, surgen voces que sugieren que hay un desinterés manifiesto de la ciudadanía por participar, y que resulta entonces imposible convencer al “resto de la ciudadanía” a utilizar los espacios de participación (“no podemos obligarlos a participar”). Como consecuencia se termina perpetuando el fenómeno que denomino “Elitización de la Participación Ciudadana”.

El desinterés por participar no debe ser planteado como una “causa” para la no participación, ya que eso lo transforma en una variable imposible de abordar. El desinterés debe entenderse como un efecto de la desinformación y fundamentalmente a los mínimos niveles de cultura cívica-política que existe en la ciudadanía chilena.

Si el desinterés es un efecto (tal como pretendo mostrar en este documento) debemos atacar las causas ya citadas.

• La desinformación se debe revertir diversificando las estrategias de difusión que emanen desde los organismos públicos. No basta con la entrega de dípticos a directivas de organizaciones de la Sociedad Civil, suelen participar en las convocatorias. Debe apuntarse a toda la ciudadanía, utilizando la mayor cantidad de herramientas, Fortaleciendo la transparencia activa, acercando la institucionalidad a los barrios, utilizando fuertemente las Tics...

• Los mínimos niveles de cultura cívica-política de los ciudadanos, es la causa fundamental del desinterés y debe ser abordado con una política de largo plazo. Educación Cívica en las escuelas y liceos, que fomenten el deseo de participar, de conocer sus derechos y deberes ciudadanos, de conocer la política y su importancia en la sociedad, de conocer la función de las autoridades, de conocer los canales existentes para participar y ser parte de la gestión del territorio en el que se habita.

Con certeza se requiere de una sociedad con individuos informados e interesados en participar, que tengan acceso igualitario a los espacios de participación.

Se requiere de una sociedad con un fuerte contenido político.

Álvaro Jorquera Mora
Cientista Político
@jorqueramora

Publicado en Elquintopoder.cl http://www.elquintopoder.cl/fdd/web/politica/opinion/-/blogs/participacion-ciudadana-para-unos-pocos