lunes, junio 05, 2006

La politica con los políticos, los políticos sin política

La política con los políticos, los políticos sin política

Muchas veces se habla que “la política es perversa”, “la política no sirve de nada”, “la política divide los pueblos”. Entre otros adjetivos.

Si bien es comprensible que se descalifique algo que en general está viciado en su norte, pienso que las aseveraciones están errados en lo estrictamente conceptual.

En primer lugar es necesario entender que política no es lo mismo que la ciencia política.

Hacer política (desde el punto de vista de la visión moderna de política y no desde el punto de vista clásico) implica a grosso modo decidir basándose en antecedentes claros (idealmente) algún tema que afecte a la sociedad. Tener el poder de decidir, y que la sociedad acate tal decisión. Tal como lo propone Russeau en su “Contrato Social” entre el Estado y la Sociedad.

Por su parte la Ciencia Política estudia la política y la acción política desde un punto de vista empírico, no emitiendo juicios de valor y sí buscando comprobar hipótesis propuestas.

Cualquier persona puede hacer política, si tiene el poder para ejercerlo. No cualquier persona puede hacer ciencia política, pues es necesario regirse por el método científico.

Según todo lo anterior, entonces quienes hablan que “la política es perversa” están equivocados, pues las definiciones propuestas no muestran signos de perversidad, más bien corresponden a definiciones exactas y avalóricas. Pero lo anterior es por algo estrictamente conceptual, con un poco de teorización es posible ver algo más allá.

La decisión política es realizada por los políticos (y no por los Cientistas Políticos). Es en este punto en que la perversidad se hace presente. Es el actuar político de la clase política lo que a las masas les deja mucho que desear.

La política en sí misma no es buena ni mala, existe para que los que tengan el poder busquen el bien de las mayorías según su percepción de mundo. (No quiero ocupar el término “bien común” ya que está algo prostituido)

Esa búsqueda del bien de las mayorías según la percepción de mundo termina por corromper el actuar político, corrompiendo entonces el sistema completo ya que generalmente el poder está en manos de las minorías (elites), con otra percepción de mundo.

La política entonces no es mala, son los políticos los perversos.

Es necesario entonces que las mayorías sean representadas, para que se busque el bien de ellos. Es por tanto la obtención del poder el que en Chile está pervertido.

El que las minorías decidan en base a su percepción de mundo y no la percepción de las mayorías, sólo es consecuencia del erróneo sistema de obtención de poder

¿Le es familiar el concepto de Sistema Binominal?

Alvaro Jorquera Mora
Ciencia Política y Organizacional, UTEM

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