¿Quien paga los impuestos?

¿Quién paga realmente los impuestos?

Alvaro Jorquera Mora
Diciembre 2005


Desde un análisis intuitivo, quien paga el impuesto depende de las elasticidades precio de la demanda y de las elasticidades precio de la oferta. Por ejemplo, para el caso de los cigarrillos que tienen una elasticidad muy baja (y en extremo igual a 0), el imponer un impuesto a los productores tendrá tal característica tan sólo en el nombre. Efectivamente, los productores sabiendo la “inelasticidad” de la demanda podrán cargar el impuesto sobre los consumidores, es decir sobre el precio de venta, de modo de no disminuir ni el precio que reciben ni la producción.

En términos de la misma lógica, se puede pensar el caso de la demanda y oferta de mantequilla SOPROLE. En este caso, la mantequilla SOPROLE tiene una elasticidad precio de la demanda muy alta (y en extremo puede ser infinita) por lo cual una pequeña variación en el precio generará un cambio de gran magnitud en la cantidad demandada. En el caso extremo en que la mantequilla SOPROLE sea igual a la mantequilla COLUN, por ejemplo, un alza en el precio de SOPROLE hará que nadie demande mantequilla de esta marca. De igual forma una baja implicará una demanda en cantidades infinitas. En una situación como ésta, un impuesto al consumo de mantequilla SOPROLE no puede implicar un alza en el precio que pagan los consumidores (simplemente el consumidor se cambiaría de marca), por lo que el impuesto lo tendrán que asumir los productores de forma que recibirán un precio menor y producirán menos.

Así podemos ver que no importa a quien en el papel se le asigne el impuesto, pues quien lo paga es una cuestión de elasticidades.